Abelón conserva vestigios arqueológicos que atestiguan su antigüedad, como las esculturas zoomorfas en granito —toros y felinos— asociadas a rituales funerarios prerromanos. La antigua calzada romana Mirandesa cruzaba la zona, conectando Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga), consolidando Abelón como paso estratégico. A lo largo de los siglos, su territorio ha albergado enterramientos excavados en roca y estructuras defensivas desaparecidas.
Las casas tradicionales de Abelón siguen el modelo sayagués: construidas en piedra local, con tejados a dos aguas de teja árabe, suelos de lanchas de granito y portones de madera. Las chimeneas tipo campana, situadas en los extremos, son características de la comarca. Algunas viviendas aún conservan corrales y cuadras integradas, lo que permite entender el modo de vida agrícola y ganadero que predominó durante siglos.
La iglesia parroquial, dedicada a San Martín, fue erigida en el siglo XII, en estilo románico rural. Aunque ha sufrido reformas, conserva elementos como su ábside semicircular original y una espadaña típica del románico de Sayago. En su interior destaca un retablo de estilo barroco y varias piezas litúrgicas de gran valor etnográfico. Se trata de un referente histórico y cultural en la identidad colectiva del pueblo.
La cascada, también conocida como “Pozo de los Humos de Abelón” (no confundir con el de Masueco), es un salto estacional sobre el arroyo de la Puente, afluente del Duero. En época de lluvias se transforma en un espectáculo natural de agua, ruido y vegetación. El acceso atraviesa fincas con cortinas de piedra seca y zonas de pasto. Es parte de rutas senderistas locales no señalizadas oficialmente, pero conocidas por los vecinos.
El mirador de San Vicente ofrece una vista privilegiada del Duero y sus cortados. Desde aquí se observan las “cortinas” o fincas tradicionales delimitadas con muros de piedra seca, hábitat de aves rapaces. El Pozo el Cubo, excavado en piedra, es un antiguo depósito de agua asociado a labores agrícolas. Ambos puntos forman parte de la memoria colectiva de Abelón y son visitados por senderistas y amantes del patrimonio natural.